La mañana de este sábado se reportó el lamentable fallecimiento del padre Alejandro Fiorina, quien por más de 20 años dirigió el Hogar La Colmena en la comunidad de San Mateo. Su cuerpo fue trasladado a la morgue del Hospital Regional San Juan de Dios (HRSJD).
El sacerdote dedicó gran parte de su vida a trabajar en uno de los problemas más graves del país: el alcoholismo. La Colmena, como se denomina el centro, es uno de los pocos en Bolivia que se enfoca en el tratamiento de esta enfermedad.
Con capacidad para albergar hasta 70 personas, el hogar es financiado principalmente por la Iglesia Católica, aunque también recibe apoyo de organizaciones no gubernamentales y donaciones particulares. Si bien la prioridad es la gente joven, el centro recibe a personas de todas las edades, bajo el principio de que “nunca es tarde para arrepentirse y cambiar el estilo de vida”.
En el lugar se aplica el método de Alcohólicos Anónimos, reconocido a nivel internacional por sus rituales, hitos y conceptos enfocados en la recuperación de personas con esta enfermedad. Además, La Colmena también brinda refugio a quienes luchan contra la drogadicción, problemas emocionales y a personas en situación de calle.