

El Mercado Campesino de Tarija atraviesa una situación crítica que pone en evidencia la falta de control y seguridad. En los últimos días, la representante de la Defensoría al Consumidor fue víctima de una amenaza con cuchillo por parte de un comerciante, luego de realizar un operativo de control de precios y del estado de los productos.

La funcionaria había acudido a verificar la calidad de alimentos ofrecidos al público, cuando fue increpada y agredida verbalmente por algunos vendedores. El hecho derivó en un momento de tensión que terminó en una amenaza directa con arma blanca, obligando a suspender la inspección.

La problemática no se limita al trato hacia los funcionarios. Los propios ciudadanos expresan su preocupación por la ola de robos, precios irregulares y venta de alimentos en mal estado dentro del principal centro de abasto.
“Ya no se puede venir tranquila a comprar, hay arrebatadores en cada esquina y nadie hace nada. Además, algunos productos están caros y no respetan precios oficiales”, relató María Fernández, vecina de San Roque.
Otro usuario, Luis Gutiérrez, denunció que muchas veces la carne y los embutidos no cuentan con la cadena de frío adecuada. “Uno compra pensando que es fresco y al día siguiente ya está con mal olor. No hay control ni responsabilidad”, reclamó.
La percepción de desprotección es compartida por más consumidores. “Yo fui víctima de un robo aquí, me sacaron la billetera entre el tumulto. Cuando pedí ayuda, me dijeron que era común y que mejor me cuide sola”, contó Ana Salazar, madre de familia.
El Mercado Campesino, que debería ser un espacio seguro para comerciantes y compradores, se ha convertido en lo que vecinos llaman “tierra de nadie”. Mientras tanto, las autoridades locales no han logrado implementar un plan efectivo que frene las amenazas, el desorden y la delincuencia que crecen a diario en este lugar.