Después de cumplir 14 meses de condena en la prisión de Brians 2 y pasar un total de 839 días privado de libertad, Dani Alves fue absuelto por unanimidad del delito de violación por el Tribunal Superior de Cataluña. La resolución concluyó que hubo “fallos e imprecisiones” en las pruebas, inconsistencias en el testimonio de la acusadora y ausencia de elementos corroborativos.
El exlateral brasileño, que alguna vez estuvo valorado en 60 millones de dólares, vio derrumbarse su imperio tras la denuncia ocurrida en una discoteca de Barcelona en 2022. Patrocinadores como Puma rompieron vínculos, lo que le significó pérdidas millonarias, mientras que Pumas UNAM presentó una demanda de 2,2 millones de dólares.
La condena inicial, dictada en febrero de 2024 bajo las estrictas leyes de consentimiento vigentes en España, le impuso 4,5 años de prisión y el pago de 150.000 euros a la denunciante, suma cubierta en parte por allegados y la familia de Neymar. Durante todo el proceso, Alves mantuvo su inocencia y presentó apelaciones.
En el plano personal, también lo golpeó con dureza. Su matrimonio con la modelo Joana Sanz llegó a su fin con una solicitud de divorcio en 2024.
Hoy, a los 39 años, Alves recupera su libertad, pero con la vida destruida. El exjugador de la selección brasileña y del FC Barcelona sale de prisión con su reputación hecha añicos, mientras la mujer que lo acusó permanece en el anonimato y sin consecuencias judiciales tras una denuncia que no pudo ser probada.
Fuente: EL DEBER