
Según las leyes establecidas en el artículo 78 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, establece el fortalecimiento de la unidad e identidad, y el respeto a los valores de la plurinacionalidad y los derechos humanos. Esta visión educativa trasciende las aulas y se refleja en la práctica cotidiana de quienes, con sus acciones, promueven la convivencia democrática y el desarrollo social. Así, el aprendizaje y la enseñanza forman parte de un compromiso colectivo que contribuye al bienestar y respeto mutuo en la sociedad, tal y como lo vienen realizando las educadoras urbanas “cebritas”

Según los deberes contemplados en los artículos 108 y 235 de la Constitución, es responsabilidad de todos los bolivianos conocer, cumplir y promover la Constitución y sus leyes, difundir los valores ético-morales y practicar los principios que sostienen la convivencia pacífica. Además, los servidores públicos deben cumplir sus funciones con responsabilidad y rendir cuentas a la sociedad. Este marco legal fortalece la participación activa de las educadoras urbanas “cebritas” y fomenta el respeto hacia los bienes públicos, generando un ambiente de cooperación y compromiso con el bien común.

La labor de las cebritas en Tarija es un ejemplo vivo de educación y respeto en las calles, pero para que su trabajo sea efectivo y sostenible, es imprescindible que se implementen leyes que resguarden y promuevan su labor. Además, se debe garantizar su seguridad con medidas adecuadas, ya que ellas están expuestas diariamente a riesgos en el tráfico urbano. Solo así, con respaldo legal y protección, estas educadoras urbanas podrán continuar transformando la convivencia ciudadana con el compromiso y la pasión que las caracteriza.