

A cuatro días de que saliera a la luz el escandaloso caso del sacerdote jesuita Alfonso “Pica” Pedrajas, quien perpetró abusos sexuales contra estudiantes (1972- 1987), en la unidad educativa Juan XXIII ubicada antiguamente en la zona de Villa Granado de la Llajta, el arzobispo de la Arquidiócesis de Cochabamba, monseñor Óscar Aparicio, tuvo que romper el silencio.

La máxima autoridad de la Iglesia Católica en Cochabamba condenó el hecho, aseguró que la postura de esta instancia religiosa es de “cero tolerancia” a cualquier tipo de abuso y explicó que el caso está en proceso de investigación, instancia a la cual están dispuestos a colaborar.

“Todo está en proceso de investigación, según entiendo, y lo que he dicho también antes a los medios (…). La posición nuestra de iglesia siempre ha sido, como la posición del Papa Francisco, cero tolerancias a cualquier tipo de abuso de estas situaciones y evidentemente de ningún modo vamos a tolerar una situación así”, enfatizó.
La autoridad religiosa subrayó que la Conferencia Episcopal y el Obispado de Cochabamba están dispuestos a colaborar en todo lo que se requiera.
Monseñor expresó que la Compañía de Jesús es una orden religiosa de la Iglesia Católica, la cual está a cargo de la unidad educativa Juan XXIII, centro educativo donde se cometieron los vejámenes.
Respecto a denuncias que datan de 2022, Aparicio indicó: “No conozco una denuncia del año pasado. De todos modos, hay que referirse a los padres Jesuitas, si hubiera habido alguna denuncia que ha llegado a ellos. Ellos, creo que están dando razón de aquello. Yo no puedo decir más”.
Aparicio también dejó en claro que, personalmente, no le llegó “ninguna denuncia” en los ocho años que cumple sus funciones, tampoco conoció a Pedrajas.
“A mí, como arzobispo, no me ha llegado ninguna denuncia en este tiempo. Yo estoy ocho años aquí. Yo no he sabido de ninguna situación, ni he conocido a aquel de quien hablan”, acotó al respecto.