
“White noise”, la nueva apuesta del director de “Historia de un matrimonio”, se podrá ver en Netflix el 30 de diciembre de este año.

El Festival de Venecia abrió ayer su competición por el León de Oro con «White noise», una mordaz crítica al sentido apocalíptico de la vida y a la desinformación dirigida por Noah Baumbach y protagonizada por Adam Driver y Greta Gerwig.

«Esta película habla de la vida y de la muerte porque debemos reconocer que ambas coexisten, forman parte de una misma cosa», instó en la presentación el cineasta neoyorquino, que volvió a Venecia tres años después de estrenar «Historia de un matrimonio» (2019).
Ahora lo hace con «White noise», una adaptación para Netflix del homónimo clásico posmoderno que Don DeLillo publicó en 1985 y que él mismo leyó en su juventud por recomendación de su propio padre, impactándole considerablemente.
La cinta, acogida con cierta frialdad en su proyección veneciana, relata el intento de una familia estadounidense para capear sus problemas más mundanos mientras digiere o ahonda en misterios de la vida como el amor, la muerte o la felicidad misma.
Jack (Driver) es un padre de familia experto en «estudios avanzados hitlerianos» obligado a proteger a su esposa (Gerwig) y sus cuatro hijos el día en el que un desastroso accidente químico cubre su apacible ciudad con una nube tóxica de temidos efectos.
Esta tormenta de dimensiones bíblicas amenaza a los habitantes de una ciudad cualquiera del Medio Oeste estadounidense con los vientos del caos, del miedo existencial, de la rumorología, de las noticias falsas, de los gurús mentirosos y, en el fondo, de la muerte.
La película bien podría resumirse con una de las frases de su guion: «La familia es la cuna de la desinformación». Porque sus integrantes aparecen temerosos de desdichas muchas veces infundadas o exageradas y aferrándose a cualquier remedio o creencia que alivie la certeza de que alguna vez morirán.
Es, en definitiva, una sátira sobre «el persistente sentido de ruina a escala global», tal y como se llega a mencionar en otro momento de la obra, rodada con un estilo teatral y en muchas ocasiones humorístico, tal y como explicó Baumbach ante la prensa.
«Es muy pertinente en el actual momento histórico, con el uso de internet, además de la radio y la televisión. La película habla del modo en que creamos estrategias para alejar a la muerte», resumió el cineasta, que imprimió a la cinta una estética ochentera, la de las películas de Brian de Palma que devoraba en su adolescencia.
Adam Driver, también protagonista en el anterior drama matrimonial de Baumbach y que ahora aparece con una prominente barriga, explicó que gran parte del libro ha sido editado y adaptado en pro de la teatralidad de la cinta y destacó el gran trabajo en la definición de los personajes.
Opinión-Bolivia